Seguramente conozcas a alguien que padece fobia a los animales, incluso puede ser que tú mismo la sufras. Aunque se puede desarrollar miedo a cualquier animal, las más comunes son el miedo a los roedores y a las aves.
Los roedores suelen permanecer ocultos de las personas, pero las aves se suelen dejar ver. De hecho, en la mayoría de poblaciones se observa la presencia de aves, como la paloma bravía, una especie muy común. Debido a su visibilidad, la fobia a las aves es fácilmente reconocible.
¿Cómo se llama el miedo a los pájaros?
Es normal sentir miedo a los pájaros, pues suelen estar en espacios libres y volar en grupo. Al ser salvajes, su descontrol puede causarnos temor. No obstante, cuando este miedo se descontrola y es muy intenso, se denomina ornitofobia.
La palabra “ornitofobia” proviene del griego antiguo: “ornithos” significa “pájaro” y “fobos” se traduce como “pánico”. Así, la ornitofobia es el miedo irracional a los pájaros. Cuando las personas con esta fobia ven un ave, actúan con una respuesta fisiológica y psicológica de ansiedad. Incluso, pueden llegar a tener ataques de pánico.
Las crisis de angustia se caracterizan por ser episodios breves de miedo y malestar que suelen empezar de forma brusca. Se producen síntomas fisiológicos y cognitivos, como el miedo a morir, la aparición de palpitaciones, sudoración, mareos y dificultades para respirar. Normalmente se cataloga como fobia si se prolonga durante más de 6 meses e interfiere en la vida de la persona provocándole malestar.
El miedo puede darse en relación con una única especie de pájaro, a aves de la misma familia o ser parte de una zoofobia (miedo a los animales en general). La angustia puede aparecer ante pájaros depredadores como con especies pequeñas e inofensivas.
Las personas con ornitofobia se centran en el miedo a los movimientos repentinos, como puede ser la aparición de una bandada de palomas. Las personas pueden temer que estas les ataquen, como también pueden sentirse mal si quedan en ridículo o, simplemente, la ansiedad puede causarles problemas psicológicos. Algunas páginas como miedos.net/miedo-a-los-pajaros/ se centran en este tipo de fobias para ayudar a analizar, racionalizar y superar el problema. Estas pueden ayudar a superar la ansiedad causada por la presencia de estos animales.
Causas de la ornitofobia
La mayoría de estas fobias con animales comienzan en la infancia, antes de los 12 años, y suelen ser causadas por la vivencia de una o más situaciones traumáticas. Recibir un picotazo de una paloma, por ejemplo, puede desencadenar este miedo.
También pueden ser adquiridas de observar o escuchar las experiencias de otros. Si una madre comenta delante de un niño que tiene pavor a las aves y siempre se muestra alerta, es posible que sus hijos desarrollen este temor.
Además, determinados tipos de estímulos pueden relacionarse con respuestas fóbicas, como la posibilidad de ser atacado o contraer una enfermedad.
¿Cómo superar el miedo a los pájaros?
Al tratarse de una fobia, lo mejor es ayudarnos de un profesional para tratarla. Además de encontrar la mejor manera de abordar el temor, un terapeuta puede proporcionarnos pasos para el proceso, combinando exposiciones graduales con ejercicios de relajación. Este método posibilita ser más consciente de los pensamientos que inducen el miedo y alterarlos cognitivamente antes de que se produzca la respuesta.
Entre las mejores estrategias para superar el miedo a los pájaros está la terapia de exposición, mencionada anteriormente. Esta pretende disminuir gradualmente el miedo mediante el contacto prolongado. Puede hacerse de forma imaginaria o en vivo.
En forma imaginaria consiste en cerrar los ojos y pensar en que se está rodeado de estas criaturas. Si se hace en la realidad, se deberán buscar espacios que permitan el contacto con aves.
Explorar el origen de la ornitofobia también puede ser de ayuda. Escribir los pensamientos que se tienen al estar en contacto con las aves puede permitir procesar la información con mayor lentitud. Esto permite llegar a un mayor nivel de detalle.
También describir qué causa más temor puede ayudar. Quizás sean sus garras, su pico o que vayan en bandadas. Saber cuál es el origen del temor puede ayudarnos a racionalizar el mismo. Con ello, se puede crear una lista de pasos relativos a las aves que comience con opciones menos atemorizantes y que termine con las más aterradoras. Esta servirá para revisar nuestra evolución con la fobia si nos decidimos a exponernos a ella.
Asimismo es recomendable realizar técnicas de relajación. El poder tranquilizar nuestra mente puede marcar la diferencia entre un ataque de pánico y una exposición menos incómoda.
Con todos estos datos y el apoyo de un profesional, es posible trabajar en el proceso de superación de la ornitofobia. Superar nuestros temores puede ayudarnos a llevar una vida normal y ser mucho más felices. Por ello, conviene afrontar estos miedos aunque en un principio pueda parecer muy complicado.